Gourmet

La cocina de los Henry

Emile Henry significa tradición, calidad y fiabilidad.

La historia de la familia Henry con la cerámica se remonta a 1850. Fue en ese año cuando Jacques Henry abrió un pequeño taller al sur de Borgoña. De él saldrían las primeras tazas, bandejas, fuentes y jarras de la que más tarde se convertiría en una de las firmas de cerámica más famosas de todo Francia. A Jacques le siguieron su hijo Paul, su nieto Emile –que otorgaría el nombre a la marca-, y posteriormente Maurice y Jacques.

Un siglo y medio después, Emile Henry significa tradición, calidad y fiabilidad. Ante su apariencia clásica, cada producto esconde en su interior una dosis de innovación que les ha hecho ganar premios y, lo más importante, un gran número de fieles clientes. Fueron sus cacerolas las primeras en aguantar una fuente directa de calor y cada producto tiene atractivos colores que los convierten en bellos además de útiles y resistentes.

Cuando una pieza de Emile Henry entra en una cocina lo hace también el espíritu de la gastronomía francesa y el gusto de esta familia por las cosas bien hechas. Y todo buen cocinero sabe de primera mano que el complemento ideal a una receta perfecta es realizarla con utensilios dignos del mejor chef.