Gourmet

La Catedral de Navarra, lujo en conserva

La Catedral de Navarra recoge lo mejor de la huerta y lo conserva pensando en los paladares más exigentes.

Hablar de producto, de tierra, del valle navarro del Ebro. Hablar de un campo fértil y rico, al que azotan severas temperaturas y riega abundante agua. Hablar de huerta y de verduras de excepción. De sabores primarios. La Catedral de Navarra habla de todo eso.

Más de 70 años dedicados al sector de las conservas vegetales hacen de La Catedral de Navarra un referente en el sector, sobre todo debido al compromiso con la calidad que siempre han tenido y tienen. Supervisan el proceso en todas sus etapas, seleccionan las mejores tierras y someten a los productos a estrictos controles de calidad. Ante un protocolo así se augura un buen resultado. Pero además, aúnan todos los esfuerzos en investigar cómo mantener intactos los sabores, texturas y franqueza de la verdura que ha sido recién cosechada. Mantenerlo intacto para que llegue a los hogares en forma de conserva.

Como los espárragos blancos extra, que sirven enteros y en yemas. Recolectados entre abril y junio, son escaldados antes de pelar para que la piel proteja sus propiedades y aromas. O los pimientos del piquillo, enteros al natural. Rojos, pequeños, dulces. Se recolectan de septiembre a noviembre y se elaboran en seco, para no diluir la intensidad del piquillo recién salido del fuego. O como las habitas extrafinas en aceite de oliva, que se recogen a mano en el mes de abril. Elegidas una a una en su punto justo de ternura y tamaño, se conservan en aceite de oliva suave que no reste protagonismo a su sabor natural.

Cuentan con más conservas pero estas tres vienen avaladas por el sello de calidad Elite Gourmet, al igual que la fabada de Casa Gerardo. Una receta original de 1882 de fabes frescas y lista para tomar. Está elaborada con los mismos ingredientes usados en esta casa de comidas de Asturias y siguiendo los pasos y ritmos marcados por la familia Morán.