Los huevos siempre fritos y si son trufados, mejor. Ah, y acompañados de champagne. Sí, ésta es la última expresión de delicadeza, quizá también de cierta excentricidad culinaria, pero ¿a quién no le gustan los huevos fritos, la trufa y las burbujas sedosas del champagne?
Krug y Valle de Yerri se alían y presentan un dúo único. Dos productos sin igual, un encuentro original. Dos iconos del lujo, uno español y otro francés. La complejidad cremosa de Krug se refuerza paradójicamente con los aromas subterráneos y minerales de los huevos trufados del Valle de Yerri.
Sí, son dos productos que en un principio parecen dispares. Son una muestra de absoluta sencillez y sofisticación. Si bien es cierto que es un vino de vocación aérea, la enorme riqueza procedente de los jardines de uvas donde Krug consigue su materia prima, unida a la cremosidad y complejidad de los aromas de las tres uvas (Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier), suscitan una fuerza creadora dispuesta a nutrirse de otras paradojas. De forma natural Krug se fusiona con la gran riqueza del Valle de Yerri.
Y es que cuando las codiciadas trufas descansan con los huevos del Valle del Yerri, su aroma se expande y profundiza por los miles de poros del huevo, llegando a la yema que adquiere su incomparable gusto.
Krug Grande Cuvée y los huevos trufados del Valle del Yerri están disponibles en las principales tiendas gourmet de España. Además los días 21, 22, 23 y 30 de diciembre podrá disfrutarse del maridaje en El Corte Inglés de Castellana, Serrano, Goya y en la tienda especializada Reserva y Cata en Madrid, así como en El Corte Inglés de Diagonal en Barcelona.