El aceite de oliva, oro líquido para muchos, la clave de la alimentación mediterránea para otros y, sin duda, un imprescindible de la cocina española. Sin ella no nos imaginaríamos cientos de recetas, nuestros platos no sabrían igual y no tendrían ese gusto tan peculiar que solo otorga este producto de excepcional calidad.
En la finca Artajo la cosecha de las diferentes modalidades de olivas dura cinco semanas, y durante ese tiempo se podrá degustar en la mesa del restaurante el 38 de Larumbe las distintas variedades de aceite de oliva virgen extra. Estos aceites, elaborados en la misma finca, tienen un aroma y una frescura excepcional, por lo que resulta un verdadero placer saborear sus matices.
Desde Navarra al 38 de Larumbe, cada semana se podrán degustar dos tipos de aceite recién cosechado y molturado. La unión entre Pedro Larumbe y la finca Artajo es todo un acierto, ya que el cocinero es un apasionado de su tierra, Navarra, y también del aceite de oliva.
Las primeras en llegar a la mesa del restaurante serán Manzanilla Cacereña y Arbequina y las siguientes –Koroneiki, Changlot Real, Cornicabra, Picudo, Empletre, Picual y Arbosana- dependerán del grado de madurez que tenga cada una de las variedades de olivas para así asegurar que están en su punto exacto para disfrutarlas.
Este mes de noviembre es un buen momento para acercarse a las mesas del 38 de Larumbe, donde los comensales encontrarán un soporte con dos botellas de cada modalidad para probar, degustar y comentar sus opiniones. Además de un carro que también tendrá copas de cata de cada variedad. El restaurante se encuentra en el número 38 del Paseo de la Castellana y en cuanto a la finca Artajo, que se dedica en exclusiva al aceite de oliva virgen, cuida todos los procesos con mimo, embotellando el aceite en frío, sin filtrar y en botellas de vidrio de color oscuro
Galería de imágenes
-
1
-
2
-
3
-
4
-
5