Se cuenta que el embajador de Pedro I el Grande, Emperador de Todas las Rusias, le ofreció a un jovencísimo y poco interesado por la política Luis XV, Rey de Francia y Navarra, como presente uno de los manjares más deseados y populares entre la nobleza rusa, una rareza del pescado que provenía del mar Caspio y que había pasado de ser parte del deshecho del esturión a una exquisitez. Saladas y envueltas las huevas una vez limpiado éste para su venta eran enterradas, la sal y la tierra rica en bórax del Caspio garantizaban una buena conservación y ese sabor único, especial y característico del caviar. Sea como sea, ya por el sabor o el tacto del caviar, a Luis XV le desagradó en tal modo que de la nausea escupió el caviar y creó un pequeño conflicto diplomático. A esto se atribuye que este manjar que ya se conocía en el siglo XII no se popularizara en occidente hasta que en los años 20 del pasado siglo… pero esa es otra historia.
Hoy en día es impensable semejante escena entre otras cosas porque el caviar ha llegado a casi todas las mesas, aunque sea una delicia de paladares exquisitos y no a todo paladar le agrade su intenso sabor, aunque parte del gran atractivo de las huevas tiene que ver, sin duda, con su tacto y forma. El alto precio del caviar, entre los 3.000 y 6.000 dólares Kg, se debe a su limitada producción por las restricciones de capturas del esturión salvaje, por eso cada día es más habitual encontrar sucedáneos de caviar.
Lo que no es tan habitual entre éstos es la calidad que han alcanzado los productos de Pescaviar, calidad que los lleva a las cocinas más destacadas del mundo, como la de su gama de Perlas de Arenque: Arënkha, Avruga y su versión premium Moluga. Su suave sabor ahumado y su color negro brillante lo distinguen por su exquisitez del mismísimo caviar.
Y a esta oferta se añaden con el mismo aspecto las Perlas de Anchoa, de un sabor 'mediterráneo' único y las de trufa negra o toda la gama de Cocktail Pearls que enriquecen la cocina y los canapés con sabores sorprendentes y diferentes como manzana y jengibre, fresa, vinagre y chalotas, lima limón o limón y pimienta. Sin conservantes, potenciadores de sabor o de aromas artificiales, las suaves perlas rellenas de líquido garantizan una excepcional explosión de sabor en tus platos. De la más alta calidad, nada tiene que envidiar a las huevas de esturión en sabor, intensidad o tacto, y éstas convertirán tus platos y cocktails en los de un gran chef.
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