Las modas, recetas que se pierden, técnicas que caen en desuso, tradiciones que se abandonan… estás y más razones son las que hacen que algunas variedades de productos artesanos queden en el olvido y acaben por dejar de producirse.
Productos artesanos como son los quesos; quesos como el Casín, el Genestoso y el Urbies. Tres variedades asturianas que ahora Bon Fromage ha recuperado y estarán disponibles en su espacio del madrileño Mercado de Chamartín.
El Casín, uno de los quesos más antiguos de España e inusual por su curiosa técnica de amasado de la cuajada, trasmitida como secreto de madres a hijas. Es de pasta firme de textura mantecosa al paladar y aroma fuerte y potente. Su sabor persistente, picante y de toque final amargo. Su leche, que viene de la vaca casina, escasea y solo se encuentra en la zona del Parque Natural de Redes.
El Genestoso es un queso único, con una curación que se hace a 1.200 metros de altitud y envuelto en unas “pleitas” de esparto. Que solo elabora una persona en Casa Ignacio, en el pueblo que da nombre al queso dentro del término municipal de Cangas de Narcea. De textura cremosa, su sabor es ligeramente ácido y un poco salino.
El Urbies, un queso que procede de la Parroquia de Urbies (Mieres) donde solo se elabora por encargo. Está prácticamente desaparecido y es que su proceso es laborioso. Su desuerado se produce por escurrido en sacos de tela durante una semana. El salado y amasado de la pasta se hace a mano una vez cada siete días durante cinco meses. Fuerte y picante al gusto, su pasta es blanca, cremosa y perfecta para untar.
Tres productos únicos y casi desaparecidos que Bon Fromage revive para los amantes más queseros. Porque no se trata solo de un espacio de venta sino un lugar de difusión de la cultura que se vive en torno a este producto. Más de 130 referencias de quesos de todo el mundo, algunas de ellas prácticamente imposibles de encontrar fuera de sus lugares de producción.
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