Con ellas, sucede como con el jamón. Apenas hace falta acompañarlas. Un poco de pan, un buen vino. Y listo. Tomar unas buenas anchoas en aceite de oliva virgen es, sencillamente, un placer. Como pocos.
Don Bocarte, conocida conservera de Santoña, ahora presenta 15.000 latas realmente preciadas. Se trata de una edición numerada de anchoas procedentes del mar Cantábrico y que se capturan cada año durante la campaña, es decir, en abril-mayo.
La pesca es seleccionada, buscando siempre los peces de mayor tamaño y el proceso de maduración tiene una duración mínima de ocho meses. Ésa es la misma cifra de filetes que contiene cada lata: ocho.
Son escrupulosamente limpiados y enlatados añadiendo como líquido de cobertura un coupage especial de la Masia del Altet. El resultado es un filete de anchoa de óptima presencia, perfectamente desespinado y que se caracteriza por su color homogéneo, alta carnosidad, punto de sal bajo y un sabor nítido y profundo.