Si tras ver El Gran Hotel Budapest (2014) hubieras dado lo que fuera por pasar una noche en él, si en The Life Aquatic (2004) te conquistó Steve Zissou o si siempre has querido vivir un verano como el de Moonrise Kingdom (2012) no hay duda, eres fan de Wes Anderson.
El director de cine, que tiene un gusto y un estilo muy particulares, es uno de los nombres que más suenan en la gran pantalla. Sus películas tienen una estética inconfundible, entre retro y kitsch, que contagia al espectador y le hace querer vivir dentro de ellas.
Pero, ¿por qué conformarse con limitar esta estética a decorados de películas? Eso debieron pensar en la Fondazione Prada y fue el punto de partida para embarcarse en un proyecto común con Wes Anderson. El director ha diseñado el nuevo café que ha abierto la firma en el centro de Milán, y que ha recibido el nombre de Bar Luce. El espacio está formado por mesas de madera, sillas en tonos verdes y detalles como una máquina de pinball.
La simetría juega un papel fundamental en todo el espacio e incluso se han mantenido algunos elementos antiguos del propio edificio como las escayolas del techo que simulan al techo de cristal con forma de bóveda de la Galería Vittorio Emanuele, uno de los lugares más emblemáticos de todo Milán. Sus muebles recuerdan a la estética que lucían los bares italianos en los años 50 y 60 y proponen a todo aquel que entre en el lugar un viaje al pasado.
El mismo Anderson ha afirmado que el Bar Luce, además de un buen set de rodaje, es el sitio perfecto para tomarse un café mientras se escribe un guion. Así que aficionados al cine y a la escritura… ¡aquí está el nuevo punto de encuentro donde encontrar la inspiración en Milán!