¡Sopa no! gritaba Mafalda... y no sólo lo gritaba, incluso lo escribía en una pancarta y dejaba inequívoca constancia de ello en algunas de las viñetas más memorables de este magnífico personaje de Quino. Claro que la sopa que le servía su madre no era como la que hoy os proponemos, no tenía, de hecho, nada que ver con ella.
Para empezar nuestra sopa es dulce y se decora con chocolate negro, eso marca ya una diferencia sustancial con cualquier otra sopa, que suelen servirse como primer plato y bien calientes, además de ser saladas, de verduras o de pollo y fideos.
Nuestra sopa hace postre, merienda y verano porque se sirve fría, muy fría y, al dulce sabor de boca que deja el melón matizado por las hojas de menta, se une la fuerza y la delicia del chocolate negro ¿quién puede resistirse? ni Mafalda podría...
Además la preparación de esta sopa es sencilla e incluso divertida, tanto como para que conviertas a los más pequeños de la casa en tus compinches en la cocina y, mientras tú liberas al melón de su piel y sus pipas y lo haces pedazos, ellos hagan dibujos de chocolate sobre el papel sulfurizado -antes sólo tendrás que fundir el chocolate negro y poner gorro y mandil a tus compinches para evitar males mayores-.
Una vez hayas batido el melón hecho pedazos con las hojas de menta y asegurado el punto de azúcar, además de supervisar la creatividad infantil con el chocolate, sólo tendrás que meterlo todo en la nevera un rato. Y al final no tendrás más que servir la sopa bien fría dejando que sean los más pequeños los que elijan sus figuras favoritas de chocolate para decorarla.
¿Tienes melón, hojas de menta y chocolate negro en casa? Mafalda ya está a la mesa...
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