El rosa ha pasado de ser el color de los bebés y de las niñas, el de las rosas, el del romanticismo y hasta el de lo cursi cuando no hortera, a representar el poder femenino en todos sus ámbitos e incluso más allá de ellos. De ese modo el rosa se ha convertido en el color de moda mucho más allá de las barras de labios, de los matices en las mejillas o de las sombras de ojos, es ahora, además, un color comestible y potable.
Hablábamos hace pocos días del chocolate rosa y lo hacemos hoy de un tequila de ese mismo color aunque hay una gran diferencia entre ambos, más allá de sus notas de cata: el chocolate rosa es un nuevo descubrimiento, una innovación en toda regla mientras el tequila rosa existe desde hace ya mucho tiempo pero, hasta ahora, apenas podía disfrutarse fuera de México.
El tequila rosa no es más que el tequila blanco clásico envejecido durante un mes en barricas de vino tinto, de este modo la uva cede parte del color rojo del vino a esta popular bebida espirituosa mexicana tintándola en color rosa y matizando también su sabor al añadir a sus notas de cata un matiz floral. Cuenta que el tequila resultante de este proceso, el rosa, se degustaba hace ya décadas en México, en las bodegas donde se envejecía para poco más que el consumo familiar pero ahora, tal vez tentados por el nuevo poder del rosa, han comenzado a exportarlo.
Código 1530 es una bodega mexicana centenaria que estrena ahora esta nueva variedad de tequila advirtiéndonos de lo versátil que resulta en coctelería e incitándonos a preparar cócteles como Mary Claire -que mezcla con el Tequila Rosa de Código 1530, rosé prosecco, zumo de piña y jarabe de hibisco y naranja-, Martini rosa e incluso diferentes margaritas, todos ellos de color rosa y todos ellos con el nuevo Tequila Rosa de Código 1530.
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