Bebidas

Ramón do Casar. Una nueva bodega y vinos en la ribera del Miño

Vinos de la tierra de Breogán.

El hogar de Breogán, como se refiere Pondal a Galicia en un poema es hoy el himno de esa tierra, es un lugar céltico en el que la historia late siempre al calor de las leyendas, de ahí el misterio y la añoranza, el cuidado de lo enxebre -lo autóctono-, la morriña y el regreso del que nadie escapa. Es también tierra de emigrantes y de vinos, Ribeiros y Albariños que seducen a los paladares más exquisitos en cuanto a lo que a la cata vinícola se refiere.

Conocemos una y mil historias de esa tierra y de gentes que un día se fueron para regresar largo tiempo después, una de ellas es la de un hombre que dejó atrás el campo y la casa de labranza en las tierras de un marqués. Nuestro hombre hizo vida en Venezuela, trabajando por un sueño, el de regresar a su hogar, un hogar que no sería entonces el mismo, sería más grande y más bello, más propio, más suyo... Y esto sería así porque se había ocupado de ir comprando poco a poco los terrenos que su morriña evocaba día tras día.

A su regreso dio a sus terrenos vid y bodega y buscó un enólogo de la tierra, que conociera las variedades de uva gallegas y tuviera el talento de mezclarlas y convertirlas en uno de los mejores vinos de Galicia.

Y es entonces cuando la historia nos trae al día de hoy, a la Bodega Ramón do Casar en la ribera del Miño, tierra de los mejores vinos blancos de Europa, a sus variedades de uva Godello, Albariño y Treixadura, al arte y el talento del enólogo Pablo Estévez y a un nuevo blanco que conquista por la boca.

Los primeros vinos de esta nueva bodega son dos variedades de Ribeiro, ambos conseguidos exclusivamente con uva de la plantación que rodea la bodega. Ramón do Casar 2013 y Ramón do Casar Treixadura son vinos suaves y sugerentes en boca en los que descubrimos los matices sápidos de la Treixadura pero también los aromáticos más propios de la uva de Albariño.

Esta bodega, hija del sueño de un emigrante que regresó al hogar de Breogán, está llamada a ser, de la mano del joven y prometedor enógolo Pablo Estévez, referencia en el mundo de los vinos blacos en general y del Ribeiro en particular. Por lo pronto, y para que puedas concluir con tu propia opinión, puedes hacerte con una de sus botellas para regar el menú navideño y brindar por un nuevo sueño.