Que un miércoles ni termina cuando sales del trabajo, ni siquiera cuando superas el atasco y llegas al gimnasio a descargar lo del día. Que no. Que el whisky no es solo o con hielo. Que hay más. Que las cosas no terminan hasta que no te quedas a gusto con el resultado. Y si aún no ha salido bien, como para quedarte satisfecho, es que aún no ha acabado.
¿Te has dado cuenta de que hay días en que la agenda se queda como pegajosa, con esa sensación de que todo iba a fluir, pero que las cosas no terminan de suceder? Esos días en que crees que podrías haber hecho más, pero las cosas parecieran que se te resisten. En esos días, hay más para hacer. Como cambiar lo que conoces por los buenos modales. Como por ejemplo, aprovechar el buen tiempo y pasarte por la terraza frente a la oficina para un afterwork diferente. Como uno de risas, anécdotas y Ballantine's Finest y Ginger Ale.
Una sacudida de energía, de esas que te recargan aunque el día pareciera que se pone en contra. Uno de esos lleno de sabor refrescante que da para mucho. Un atardecer en la ciudad, risas y compañeros del día para cambiar lo que la mañana prometía, pero la agenda se negaba a cumplir.
Porque no todo tiene que ser tal cual lo conoces, a veces darle un giro inesperado a la tarde cambia totalmente la sensación al irte a dormir. Porque ya no se trata de hacer lo que se debe, sino de terminar las cosas como a ti te gustan. Y un combinado perfecto de Ballantine's Finest Giger Ale y rematar la copa con una rodaja de lima, menta, risas y un poco de música, suenan como una buena costumbre a adoptar. Unos nuevo modales para ponerlos en práctica.