Marieta es nombre de mujer, un nombre propio y sonoro que denota cierta intimidad; de aspecto cosmopolita, vintage, libre y joven, es toda una evocación veneciana o parisina... y una tentación irresistible porque Marieta es nombre de mujer, sí, pero ser, es un vino, uno blanco, un albariño.
Y no es un albariño cualquiera, es el primer semiseco de esta denominación de origen y es también obra de una de sus bodegas más prestigiosas, Martín Codax.
Esta bodega de nombre propio y literario evoca medievo, juglares y un pergamino, el que apareció un buen día entre el 'de officiis' de Cicerón que Pedro Vindel guardaba en su biblioteca; en él se leen, poética y musicalmente, las 'cantigas de amigo' del juglar Martín Codax, claro que el amigo de entonces era en verdad el amante o, cuando menos, el amado.
Desde esta herencia cultural y desde la tierra de la uva blanca, va tomando forma y vino una bodega moderna que cuida hasta el último detalle la elaboración de sus vinos y también su etiquetado; no hay más que ver cómo viste Marieta de guapa...
La imagen de la botella de Marieta es obra y arte del estudio de diseño de Marta Lojo que, desde Cambados y para el mundo, firma algunos de las identidades de vinos y productos alimenticios más reconocidas, entre ellas esta Marieta y otros vinos de la bodega Martín Codax.
Vista Marieta y descubierto su color amarillo con reflejos de limón al servirse una copa, toca degustarla en sus aromas y su sabor...
En naríz es un vino intenso, de fondo cítrico, con notas de melocotón, manzana madura y melón; no pierde intensidad en boca...
Marieta es un albariño nuevo, presentado en sociedad hace menos de un año, que llega con la intención de atraer y conquistar los gustos jóvenes poco hechos al vino o reacios a los blancos; es un vino que guarda la esencia del 'amigo' de las 'cantigas' y la viste moderna y guapa para rendirte...