Cuando los españoles llegaron a México lo hicieron bajo la atenta mirada (y curiosidad) de los aztecas, pero llegó después el tiempo de la conquista y el regreso a casa de algunos de los conquistadores españoles y llegó también entonces el tiempo de las lágrimas... Y es que según una antigua leyenda mexicana hubo una mujer que se enamoró perdidamente de un conquistador español viviendo con él un ardoroso romance; pero él la abandonó y ella lloró, lloró a mares y a lagos, cuentan que llegó incluso a suicidarse ahogándose en un lago, no está claro si después de ahogar también a sus hijos o si simplemente los perdió antes de suicidarse; el caso es que la Llorona se convirtió en un mito azteca y todavía hoy llora por los lagos de México, llora de pena por el amor perdido y también buscando a sus hijos (porque como suele suceder con las antiguas leyendas, encontramos las mismas con matices en su historia en función de los lugares del mundo azteca que visitemos).
Pero la Llorona es más que un mito azteca, es también la protagonista de una de las melodías más famosas de Joan Baez (incluida en el mismo álbum que su mítico 'Gracias a la vida') y es, además, un tequila sin par.
Tears of Llorona -las Lágrimas de la Llorona- es un tequila añejo destilado a partir de agaves azules de las altas laderas volcánicas de Jalisco, son agaves de crecimiento lento y cosecha tardía, lo que aumenta su contenido en almidón y azúcares respecto a otras variedades de agaves; las piñas de agave se tuestan lentamente al modo tradicional y su fermentación es lenta, se destilan después en olla de cobre respetando así el modo más artesanal para obtener este excepcional tequila añejo.
Las Lágrimas de la Llorona se añeja en tres barriles diferentes, los tres de roble en los que envejecieron antes whisky escocés, vino de Jerez y brandy; el resultado es un tequila añejo del color del un coñac que se embotella al 43% de gravedad para equilibrar sus sabores.
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