No es un local al uso. O’Clock parece serio pero realmente es canalla (como los buenos bares). Su aire british se relaja llegada la noche, la música hace el resto y el nudo de la primera y hasta la última corbata pierde fuerza.
Es esa barra que descubriste un día y a la que vuelves en busca de un buen trago quizá después del trabajo, a media noche o avanzada ésta. Ahora, se suma otra razón: descubrir la factura de sus nuevos barmen. Son dos: Jordi Otero y Sergio Padilla, que imprimen nuevo carácter a esta barra en la que ladies and gentlemen toman asiento.
Procedentes de Barcelona, Otero firma cócteles como Banker's Martini, con el que conquistó a la clientela internacional del Hotel Mandarin Oriental, o Purple Emperor, que disparó su popularidad tras hacerse con el Worldclass.
Otras mezclas exóticas son Japanese Tea -sake, licor de flores, ginebra y vermouth dry infusionado con té negro-, o Passion Killer -fruta de la pasión, dos naranjas y uva-.
Sergio Padilla debuta en Madrid con Chocolat Hills -chocolate picante en armonía con tequila reposado Premium-, que le valió la victoria en el Luxury Drop de Tequila Don Julio. Sin olvidar, 1850s The Manhattan con un Twist de clavo o el 1940s Gimlet con un Twist de albahaca. Y mucho más.