Y Carlos Bosch, el creador de Manero, ha encerrado en la botella el alma del sur del vermut. Tan sofisticado y elegante como la interpretación artística de Jorge Arévalo, la nueva delicatesen líquida refleja la filosofía de la marca: artesanal y moderna, clásica y actual, excelente y divertida. Pero además, guarda los secretos que sólo conocen el duende de Sanlúcar de Barrameda y los bodegueros de Marco Jerez.
El vermut de Sanlúcar cuenta la historia de Manero. Su sabor reproduce la vieja fórmula importada del Piamonte sobre una base de oloroso propio de la bodega. A la alquimia secreta se le añade el dulzor de Pedro Ximénez justo antes de comenzar el proceso de maceración en botas de Manzanilla pasada. Entre cuero y botánicos como el ajenjo, la genciana, la flor de sambuco, el coriandro, la quina rosa o la sentaura menor, el vermut Manero adquiere la personalidad que lo distingue del resto.
Con idéntica delicadeza y exquisitez, Jorge Arévalo dibuja en cinco tintas planas la esencia de Manero. Rojo brillante como las tonalidades transparentes de la bebida; champán dorado como la manzanilla que lo acuna; rigurosa plata como el halo chic que destila. Blanco y negro envuelven el conjunto del rollo cinematográfico, la dolce vita y el lujo de Riviera italiana.
La edición se limita a 200 unidades firmadas por el artista por lo que
resulta ideal para coleccionistas. Se venderá en la web Manero en casa. El 10% de la recaudación será destinado a un fondo beca para jóvenes artistas ilustradores o pintores. Es sin duda el presente perfecto para foodies con estilo y amantes del arte.
La edición especial incluye una botella de vermut Manero y un cartel impreso en papel de alta calidad como corresponde a la auténtica obra de arte que es. Ambos protegidos por un tubo también de edición limitada impreso con los trazos del ilustrador madrileño.
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