Hennessy es una firma de contrastes, de provocar enfrentamientos de ideas, imágenes o conceptos que acaban siempre por generar algo nuevo, algo que resulta siempre atractivo y bello; y es que hablamos de una firma centenaria en el noble arte del coñac que comparte espacio e ideas con las vanguardias del momento actual.
A Hennessy la cuidada mezcla de historia y vanguardia le va bien, tanto es así, que repiten experiencia y se convierten en una firma descaradamente reincidente en el arte de hacer... arte. En 2015 es Shepard Fairey, un diseñador gráfico y artista de vanguardia americano, quien se adueña de la botella de Hennessy para reinventarla.
No se trata de una reinvención a mano alzada sino del trabajo del detalle desde la idea hasta la botella; para llevar adelante esta propuesta, Shepard viajó a Cognac y conoció lo que es para él el arte de hacer coñac, el modo en el que se compone uno de los mejores coñac del mundo; con este saber nuevo, con la idea de que lo que debía hacer era decorar una botella que estaba ya llena de arte, se puso a la tarea y el resultado es el que cabía esperar: arte y vanguardia por fuera, arte e historia por dentro, una very special edition que ha pasado a formar parte ya de la historia de Hennessy.
El entendimiento entre Hennessy y Fairey ha sido tan intenso que la colaboración entre ambos no quedará restringida al diseño de una botella sino que va mucho más allá; el artista americano, que es también DJ, recorrerá junto a Hennessy en un tour único -Very Special Tour-, algunas de las ciudades más influyentes del mundo, de aquellas en las que nace la moda y las tendencias de temporada -Los Ángeles, Nueva York, Tokio o Berlín son algunas de ellas-. Actuará como DJ y creará murales que serán el vivo recuerdo de que Fairey y Hennessy estuvieron allí.
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