Hay parejas que son impensables y parecen, a priori, imposibles; Hennessy y Kaws bien pudieran ser una de esas pero en una incontestable demostración de como los opuestos no lo son tanto o, aun siéndolo, como se complementan en una sinergia perfecta, Kaws reinterpreta Hennessy y ni el uno resulta tan de calle ni el otro tan de salón del rey.
Hennessy es pura historia 'maison fondée en 1795', declaran en la misma botella; además de historia es clase, estilo y distinción porque el cognac es una bebida sobria, de salón, de copa ancha y sillón orejero, de cena de gala y nobles invitados; Kaws en cambio es de la calle y de hoy, artísticamente un poco graffitero, un poco Warhol y siempre él mismo, un tipo ocurrente e imaginativo que llena el mundo de luz y color.
El resultado de mezclar en un mismo y único proyecto Hennessy y Kaws es una botella a la que la sobriedad le queda sólo en su contenido, el cognac, mientras que en su exterior luce en colores.
Esta nueva botella, en edición limitada, respeta el ser de Hennessy en su antiguedad y en su 'very special cognac', grabando su nombre con letras doradas pero se rinde también a un juego de líneas y colores que rompe con la regia sobriedad y elegancia de las clásicas botellas de la marca; Kaws reinterpreta el escudo de armas de Hennessy, el brazo y el hacha, e incluye su clásica doble X pero además deja grabada, de su puño y letra, su impronta en cada botella, bajo el dígito que indica el número de orden de cada una en esta edición limitada:
'Friends, work, music, art. It's mportant to find de right blend.'
Y así, la que parecía una pareja imposible, se convierte en una mezcla perfecta... cosas del arte y del buen hacer.