Bodega *La Vinyeta
Bebidas

Había una vez La Vinyeta y vinos y la ilusión

Por mucho menos, hubo idealistas que confundieron molinos de viento con gigantes contra los que luchar y sin embargo Josep y María, crearon vinos.

Había una vez un viñedo de ésos que nadie quería, que estaba rodeado de otros fértiles y prósperos. Pero este viñedo, justo éste, no.

Había una vez inexperiencia potenciada por ganas y esa particular insolencia con la que miran los que no entienden de pasado ni de teorías, sino de deseos de probar, de intentarlo, de que esto funcione. Había una vez muchos “y… si…?” que se convirtieron en “lo logramos” a base de aventuras y de escuchar a la tierra y su nuevo discurso.

Porque había una vez *La Vinyeta que crece sosteniblemente y se divierte. Vides plantadas con ilusión, aprendizaje y tesón. Tal vez sólo con la parte más romántica del negocio. Pero por mucho menos, hubo idealistas que confundieron molinos de viento con gigantes contra los que luchar. Sin embargo Josep y María siguieron. Y las vides no sólo dieron uvas, sino que muchas satisfacciones.

Había una vez un relato vinícola con concepto. Los Heus*, eran los más jóvenes de La Vinyeta. Estaban en sus versiones blanco, rosado y negro. Desenfadados, ellos, frescos y a pesar de esa juventud eran vinos con conciencia. Porque se ganaron el honor de entrar en el Sistema de Producción Integrada de Catalunya, por ser parte de un proyecto sostenible.

El Heus* Blanco combinaba las variedades típicas del Empordà: Garnatxa blanca, Xareŀlo, Macabeo y Moscat. Sabor ligero, fresco pero intenso y persistente. El rosado, es el “raro”, con su extraña combinación de Garnatxa negra, Cariñena, Merlot y Syrah. Cómplice de platos menos contundentes, de repente en boca evoca a frutos del bosque. Es joven… algo de irracionalidad tenía que tener. Garnacha tinta, Syrah y Cariñena forman este sabor voluptuoso del Heus* Negro. Fruta madura y notas especiadas ideal, para el aperitivo.

Pero entonces llegaron los Llavors*, unos vinos con historia. Ya desde su etiqueta puedes ver que hay otro concepto detrás. El tinto combina la frutosidad de la uva con la nobleza de las barricas nuevas de roble francés, húngaro y rumano, en las que reposan 5 meses. ¿Diferente? Mucho. Tanto como la historia plasmada en su etiqueta que relata los hechos más importantes que sucedieron en la creación de esa añada. Siempre distinto, siempre cambiante. La versión más moderna de un Vino Tramuntana.

El blanco, es para disfrutarlo con un buen libro. Por eso en su etiqueta puedes leer fragmentos de Maria Àngels Anglada o de Josep Pla en los que se menciona la palabra “llavors” (entonces, en catalán).

Punto y a parte es una historia en la que el vino viene de las semillas de la ilusión y la imaginación. El Punt i apart es un tinto más complejo, profundo, con un retrogusto a premios como Vino del Centenario de la Costa Brava entre los mejores vinos tintos de la DO Empordà y uno de los presentes en la carta del Celler de Can Roca de Girona. En su etiqueta, la historia se descubre haciendo girar la botella. Una sucesión de imágenes que cobran vida en movimiento.

Había una vez Microvins*, monovarietales de viñas antiguas, algunas centenarias, de variedades autóctonas que se elaboran recuperando técnicas ancestrales.

Había una vez joyas que se convertían en vino dulce. Porque el Sols* es un cuento, uno que habla de un “y si…” lleno de innovación y de uvas maduras de Garnachas roja y blanca, que vienen de viñas viejas, de 80 años. Una edición limitada. Un poema dulce, bebible y espectacular.

Había una vez una historia de diversión, de jugar entre el conocimiento y la desestructuración. Porque el És Poma es una mistela elaborada con garnacha del Empordà y zumo de manzana de Girona. Había una vez el engañar a los sentidos con manzana en nariz y garnacha en boca.

Porque había una vez un viñedo con más “Y si…?” que imposibles. Donde se busca ser sostenible. Y que si necesitamos gallinas para abonar el suelo de forma orgánica, ponemos un gallinero (y esto es verdad). Porque La Vinyeta es para probar sus creaciones, pero también para conocer la historia, el concepto que hay detrás de cada uno de ellos. Porque es un viñedo vivo, no sólo por sus plantas, sino porque las actividades que allí preparan hacen sentir que todo es posible.

Incluso que un viñedo que nadie quería, se convierta en La Vinyeta. Porque, por mucho menos, hubo idealistas que confundieron molinos de viento con gigantes contra los que luchar y sin embargo Josep y María, crearon vinos.

 

 

Celler *La Vinyeta

Carretera de Mollet a Masarac
17752 Mollet de Peralada
Alt Empordà, Spain

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