Es éste un whisky que llega cargado de cifras. Una fecha, 1981, año en que el Pride se destiló y fue selecciononado para ser enviado a madurar a las barricas de Glenmorangie. Una edad, 28 años, los que ha cumplido el jugo y los que le han acompañado, con paciencia y maestría, el equipo al cargo de su creación, dirigido por el doctor Bill Lumsden. Una cantidad, 1.000 botellas, que son las que componen la serie limitada en la que se lanza este sublime licor. Y otra fecha más, 1999, año en el que, al parecer, el Pride era ya un delicioso vintage de 18 años. El doctor Lumsden encontró que era sobresaliente, pero decidió que tenía que convertirlo en excepcional. Así que, durante otros 10 años más (quinta cifra), lo dejó madurar en otras barricas diferentes, las del Chateau d'Yquem en Sauternes, que confieren a sus líquidos un sabor divino identificado por paladares expertos por su "complejidad, concentración y dulzura".
El Glenmorangie Pride 1981 se presenta en una botella de cristal de Baccarat, una fantástica escultura firmada por Laurence Brabant. Para protegerla y exhibirla, el holandés Wouter Scheublin ha diseñado una caja de madera que se abre deslizándose. Como se deslizará este whisky por unos pocos paladares privilegiados. ¿Su precio? 2.750 euros.