Bebidas

Et Nº1. Coñac y arte en todos los sentidos

Un coñac en edición limitada de Chapters of Ampersand en una botella que no se tiene en pie.

Cuentan que fue allá por el SXVIII, y en la región francesa de Cognac, cuando comenzó a destilarse esta intensa bebida espirituosa y, de hecho, sólo en Cognac se produce coñac, aunque tendamos a llamar así a nuestro brandy de Jerez.

Hablamos de una bebida elegante y señorial que se sirve en copa baja y se cata con suavidad y delicadeza; se obtiene del doble destilado del jugo de la uva blanca de Cognac y ha de envejecer en bodega y en grades barricas de roble durante años.

Claro que hablar de años es decir poco, pueden ser dos u ochenta y cinco, como es el caso del coñac que nos ocupa, Et Nº1, una edición limitada de la Maison Tiffon. Se trata de una creación del enólogo Richard Braastad en base a la mezcla perfecta de tres elementos: un Tiffon Grand Champage de 1974 y otro de 1943 que ganan la intensidad de una vida en barrica de roble al entrar en contacto con el tercer elemento, un coñac Tiffon de 1870.

Esta creación tenía que ser por fuerza una edición limitada y sólo se producirán de él 300 botellas, todas numeradas... y tan única como el coñac al que dan cabida más allá incluso de su numeración porque no se trata de botellas al uso sino de una que no se tiene en pie.

Si el coñac es francés, el vidrio que lo contiene es sueco y está tratado de forma artesanal; el responsable de esta sugerente botella recostada es Göran Wärff, maestro del vidrio soplado que desarrolla su arte en una pequeña fábrica sueca en la que la tradición es vanguardia, se trata de la fundición Transjö Hytta.

Para completar la presentación de un coñac y una botella tan especiales, nada como una caja de roble que recuerda el origen de la bebida que contiene y así llega a nosotros un coñac de 85 años, en una botella tumbada y oculto en una caja de roble revestida en un color con fama de ser real, el azul.

 

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