¡Qué gran invento los festivos! ¿verdad? Y no es que no queramos trabajar, es sólo que romper las rutinas nos despierta y anima, nos despereza del día a día y nos recuerda que estamos más vivos cuanto más reímos.
Y, claro, no hay fiesta sin copa aunque a ellas ha uno de rendir el gusto con moderación, saboreando cada trago y dedicándose a otra cosa, como bailar, charlar o reír, antes de que la cabeza pierda el norte.
Para conseguir este equilibro, nada como que el contenido de tu copa sea, sencillamente, delicioso, tanto que quieras degustarlo poco a poco, deleitando el paladar y disfrutando tu bebida desde su aspecto y su color hasta su textura y su sabor.
Aquí te dejamos algunas propuestas para regar las fiestas.