Hacer una visita a las bodegas Ramón Bilbao es hacer uno de esos viajes sorprendentes, que encierran algo de magia y dejan en la memoria del visitante una huella imborrable.
Esta casa, fundada en 1924, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y quizás por eso y por su excelente vino sus bodegas están entre las más visitadas de España. Aquí se pueden experimentar vivencias auténticas, descubrir sensaciones únicas y sumergirse en la cultura real de La Rioja alta, una zona en la que la calidad de la uva que se cultiva es mayoritariamente tempranillo.
En loff.it tuvimos la oportunidad hace unas semanas de recorrer sus viñedos e incluso durante un rato realizamos la vendimia, aunque hemos de reconocer que fue algo meramente testimonial. Lo mejor llegó después de recoger la uva. Por suerte, el tiempo nos acompañó y allí mismo pudimos realizar una comida al aire libre antes de entrar a conocer las bodegas.
Pudimos ver cómo llevan a cabo el proceso de selección de la uva con máquinas de última generación que distinguen las mejores uvas a través de un sistema óptico. La máquina ofrece distintas opciones: eliminar las uvas que están verdes, seleccionar de entre las que están maduras las mejores, etc. Pero hay un detalle que hace aún más llamativo el uso de la última tecnología en las Bodegas Ramón Bilbao y es el contraste que se produce al ceder la empresa una parte de sus instalaciones para que los judíos kósher elaboren su propio vino. Estos judíos producen su vino de la forma más tradicional posible, de acuerdo con sus preceptos puros (los que cumplen con los preceptos de la religión) y durante la totalidad del proceso sólo intervienen judíos.
Tras esta inmersión en contrastes entre tradición y modernidad, visitamos las despensas en las que almacenan los vinos. Un lugar oscuro y húmedo, donde el olor del vino fermentado te atrapa nada más entrar. Las bodegas son gigantescos espacios donde miles de botellas y barricas de roble se acumulan por doquier, donde reposa el vino que dentro de unos años saldrá al mercado. Un tiempo de reposo que varía en función de las distintas categorías: crianza, reserva y gran reserva.
Pero además, estas bodegas tienen un factor diferenciador que las sitúan a la cabeza de la innovación: una herramienta que sumerge a los amantes del vino del siglo XXI en un mundo onírico. Se trata de unas gafas de realidad virtual que te adentran en un microuniverso de botellas que vuelan, árboles gigantes, vista de las cepas a una distancia jamás imaginada... Y ocurre justo después de la visita real, el mismo viaje pero en esta ocasión metafórico: desde que nace la uva hasta la copa de vino. Se trata de contar la elaboración del vino Ramón Bilbao de una forma original y a la vanguardia del resto de bodegas del país.
Con la calidad de sus vinos y su adaptación a los tiempos modernos, no es casualidad que Ramón Bilbao haya sido premiada como la mejor bodega española de 2014 por IWSC. Un camino que había sido distinguido anteriormente en 2011 como mejor tempranillo del mundo y en 2008 como mejor tinto español. Con las novedades que presentan en este 2015 estamos convencidos de que Ramón Bilbao seguirá creciendo y mejorando, haciendo vinos todavía mejores y ofreciéndonos experiencias inesperadas e irrepetibles.
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