No es preciso trabajar detrás de una barra para sentir fascinación por la coctelería, curiosidad por los botánicos y debilidad por destilados, refrescos, bitter y otros ingredientes. Sí, quien más y quien menos hace gala de conocimientos al pedir un copa, “que si esta ginebra lleva 12 botánicos, que si este vodka es de patata y aquel ron procede de Martinica”, etc. Ahora, los aficionados a este apasionante mundo y quienes se dedican profesionalmente a él, se encuentran en el número 98 de la madrileña calle de Castelló.
The Cocktail Room reúne infinidad de referencias. Esas bebidas recién lanzadas al mercado y que ilustran los medios de comunicación sobre estilo de vida, aquellas que se prueban en los locales de moda. Lo último de lo último. La mayoría descansan en sus estanterías y se puede comprar para probar en casa, en la próxima fiesta o en la cena especial de esta noche.
Junto a las bebidas, también utensilios (para el día a día o de coleccionismo) y en el apartado llamado ‘Biblioteca’ existe una selección de volúmenes y revistas de consulta y venta para saber más sobre el origen, historia de los cócteles y posibilidades de infinidad de productos.
En el llamado ‘Rincón de los sentidos’ se pueden probar, oler, tocar y ver los botánicos de diversos licores tanto en su estado natural como una vez destilados por separado. Raíces, semillas, flores, frutas… ellas están detrás de las fórmulas perfectas.
Y en la parte de atrás, aguarda un laboratorio en toda regla. Es un lugar equipado y en el que se programan cursos y talleres tanto para aficionados como para profesionales. Es escuela y también consultoría y el lugar idóneo para eventos. The Cocktail Room no es un bar pero lo parece.
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