Dom Pérignon by David Lynch Vintage 2003.
Bebidas

El champagne y los efectos especiales

Arte, misterio, burbujas. Es la edición limitada Dom Pérignon by David Lynch.

Director de cine, productor de música y también pintor, fotógrafo, diseñador. Sí, es un artista multidisciplinar llamado David Lynch. Bueno, deberíamos decir ‘el’, porque solo existe uno.

Dueño de una fuerza creativa que no conoce límites, se alía ahora con otro gigante, con la casa francesa Dom Pérignon. El resultado es la edición limitada Dom Pérignon by David Lynch. Pero todo comenzó hace un año, aproximadamente.

Entonces se inició una estrecha y fructuosa colaboración entre ambos. Una relación que no es fruto del azar dados los puntos en común que comparten. Véase el misterio, la intensidad, la implicación, el tiempo, la reinvención permanente y, sobre todo, una confianza absoluta en la fuerza creativa.

Dom Pierre Pérignon fue responsable de la bodega y procurador de la Abadía de Hautvillers, en la región de Champagne, entre 1668 y 1715. Consagró su vida a un solo objetivo: experimentar e innovar para, según sus propias palabras, crear “el mejor vino del mundo”. En la actualidad, la misma exigencia inspira cada nueva añada.

Como él, Lynch confía plenamente en la experimentación. Por ello, estaban destinados a encontrarse; sucedió en una campaña publicitaria inolvidable, hermosa. El estadounidense fotografió Dom Pérignon Vintage 2003 y Dom Pérignon Rose! Añada 2000.

Durante dos días, en un estudio-taller de California transformado en cámara oscura, emprendió un viaje inmóvil en torno a la botella icónica de la casa gala. Imaginó e inventó guiones, diseñó decorados y experimentó extrañas y pequeñas tramoyas teatrales, utilizando accesorios inesperados y múltiples efectos especiales.

Tras dichas fotografías, era preciso dar un paso más. Y Lynch reinventa su estética. Es la edición limitada que solo este director de cine californiano, y nadie más, podía firmar.  Ciencia ficción, luz, noche, profundidad, destellos de mica.. son las burbujas de Dom Pérignon. Tan sofisticadas como siempre. Casi irreales.

domperignon.com