Del chico curioso que dibujaba horas y horas sin parar queda todo. Un desafío absoluto en un mundo de grandes. Pero él es así, sigue siendo él a pesar de moverse entre grandes. Grandes sus cuadros, grandes sus desafíos, grande su arte y, grande, su trabajo para la edición limitada de Ron Barceló Imperial. Él es René Mäkelä y es… grande.
Por esasa cosas de la vida, siempre quiso pintar, pero en un mundo de grandes... ¿quién va a vivir de la pintura? Así que estudió comunicación y la vida lo encontró escribiendo los guiones de Eva Hache y de Buenafuente. Dos grandes. Pero los pinceles no se quedaban quietos y, poco a poco, compartiendo en redes sociales, un día se hizo más grande. De estar colgadas en la pared, pasaron a estarlo en Instagram. Y a likes llamó la atención de las galerías de arte y de artistas, de los grandes.
Dice que lo pequeño le da claustrofobia, que su arte ebulle y debe ser… grande. De los colores pasteles pasó a los flúo -se atrevió, más bien. Y de ahí a exponer en California, Barcelona... Madrid y, un día, cuando ya era grande, lo llamó Ron Barceló para un encargo… grande. Representar el sentir, el momento y las gentes que disfrutan del mejor ron del mundo, este Barceló Imperial de color ámbar profundo con notas de frutas tropicales que se mezclan con higos y pasas exquisitamente.
En esta obra para Ron Barceló Imperial, Mäkelä crea un personaje que combina a varios. Una especie de identikit de quien disfruta de un momento al ron. Tiene mucho de Don Draper de Mad Men y algo de los artistas en los que normalmente encuentra a sus musas: Roy Lichtenstein, Jasper Johns, Banksy y el graffitero Alec Monopoly.
Así que pincel y espátulas en mano, cogió el lienzo y lo hizo suyo. Los acrílicos se sucedían, negros, blancos y de repente los azules potentes del mar caribeño, mientras que el magenta se precipitaba para representar los atardeceres, los rojos furiosos de los últimos segundo del sol escondiéndose. Y esos ojos fijos, magnéticos, que parecen hechizarte, realistas, con matices que se van sucediendo al óleo en tonalidades cobalto que cobran vida. Y de repente un rapto primitivo de manchas a lo Pollock en matices flúo frenéticos, que hacen vibrar… en grande…
Toda la magnitud de René y sus obras están plasmadas en el estuche de esta edición especial de Ron Barceló Imperial que viene con cuatro vasos exclusivos firmados por el artista.
De dibujar a escribir, trazando a palabras las formas y de ahí a hablar a pinceladas. Así es René Mäkelä, un artista grande, como sus obras. Grande como esta edición especial de Ron Barceló Imperial. Grande el regalo, grande el momento de disfrutarlo.
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