Nevaba tanto esa noche que el vuelo fue cancelado.
Ya no había transporte para llegar a ningún lado. A esa hora en que los aeropuertos comienzan a apagar las luces y sólo oyes el sonido eterno de la escalera mecánica que retumba en el espacio vacío. El frío no nos dejaba descansar así que nos juntamos unos cuántos. Cada uno contándonos qué estaríamos haciendo si la nieve no lo hubiera impedido. Una de esas casualidades que se convierten en una gran leyenda para contar a los nietos. Una gran noche con amigos instantáneos de toda la vida. Me gusta invocar cada tanto esa charla con mi conjuro por las casualidades mágicas, mi cóctel Yule de Druide:
4 cl de Vodka Druide, por nuestra gran charla.
1,5 cl de Licor de cilantro, por Norman y su aventura por China.
1,5 cl de Licor de Ginger, esto va por Össa que traía sus galletas de su Suecia.
2 cl Zumo de lima-limón, Wilton nos hizo reír mucho con su acento caribeño, ¡cómo no iba a estar en mi pócima!
4 cl de Zumo de arándanos, que Frank nos compartió las magdalenas de su tía.
Para decorar el cóctel, una rama de canela y un poco de polvo de plata, que el deseo que a todos nos vaya bien, no me lo quita nadie. Mezclo en la coctelera y ya servido en mi copa sin tallo, un poco de esencia de naranja y a encenderlo, para sentirlos más cerca.
Y es que no importa cómo salga lo planeado, la magia está en disfrutar de nuestros propios rituales de felicidad.
Conjuros espirituosos creados con Druide Mystical Vodka. Mezclas que surgen desde las místicas tierras de Inglaterra, donde las aguas de manantial de mineralización suave se destilan con los mejores granos.
Hechizos cristalinos de aroma muy suave, sabor sedoso y especiado, ideal para invocar a tus deseos mezclados licores, zumo de frutas y magia, como este cóctel Yule de Druide.