Recuerdo que había mucha gente allí. Creo recordarlo, porque sólo tengo unos ojos que se quedaron clavados en los míos. Unos ojos que estaban en la barra y me miraban. Unos ojos y ella. Quieta, de pie, bebiendo algo que no supe distinguir bien. Pero estaba en una copa de Martini. Comenzó a beberlo a cucharadas que ponía entre sus labios rojos. Y sus ojos. Disfrutando y relamiéndose. Y esa mirada. Despampanante criatura, inmóvil y esos ojos. No sé si fueron 5 minutos, no sé si fue toda la noche. Sólo sé que venían a hablarme y sólo podía ver esos ojos. Helado estaba. Y sus ojos. Bastó con parpadear para que se esfumara de mi vista. Cenicienta sin doce campanadas. Y sus ojos.
Ahora sólo puedo invocarla a través de cócteles en copas de Martini, como conjuro para que reaparezca. Dulce insomnio de Druide que me provocan sus ojos, una mezcla de:
1 café expreso.
3 cl Vodka Druide Mystical Vodka.
1 cl Monin almendra.
2 cl de nata líquida.
1 bola de helado de turrón.
Y unos toques mágicos de canela, con poder afrodisíaco. O eso quiero creer.
No sé si es lo que estaría bebiendo, pero es lo que me inspiraron sus cucharadas pausadas y sus ojos.
Y es que no importa cómo salga lo planeado, la magia está en disfrutar de nuestros propios rituales de felicidad.
Conjuros espirituosos creados con Druide Mystical Vodka. Mezclas que surgen desde las místicas tierras de Inglaterra, donde las aguas de manantial de mineralización suave se destilan con los mejores granos.
Hechizos cristalinos de aroma muy suave, sabor sedoso y especiado, ideal para invocar a tus deseos mezclados café, almendras, helado de turrón y magia, como este cóctel Dulce Insomnio de Druide.