Las grandes ocasiones llegan sin más. Nadie las prevee; nadie las planifica; nadie las prepara. Es en ese instante, en el que crees que nada ni nadie te espera, cuando la oportunidad coge carrerilla para escapar de los barrotes de la rutina e inundar tu vida de desconcierto. Justo ahí, en ese segundo, es cuando piensas en que tu alegría solo puede ser regada con una cosa: champagne, burbujas provenientes de la Champaña, de las cuales disfrutamos hoy en algunas de las más lujosas botellas gracias a la tradición que comenzó en 1660.
Pero no vamos a hablar del champán, sino del arte. Y es que, como todo en esta vida, los grandes placeres conllevan la invención de grandes complementos. Así es como nos topamos con Clicquot y su filosofía de lujo y placer. En esta ocasión, la casa francesa nos presenta la última creación del diseñador Mathias van de Walle: el Clicq’Up Rosé. Consiste en un homenaje a la cultura creativa de Veuve Clicquot tras el invento de la cubitera de champagne plegable.
La sofisticación de las flores y la dulzura de los colores rosados y amarillos, icono de la firma, envuelven a este artículo que evoluciona desde el formato bolsillo hasta su tamaño natural y que se podrá reutilizar en el futuro. Además, este diseño reinventa el crisantemo Veuve Clicquot que se dedicó a la maison Ponsardin en 1891. Una auténtica delicia para los amantes del líquido dorado que mezcla la suavidad y la frescura con la profundidad y la intensidad de los vinos selectos.
Porque nunca sabes dónde hará falta disfrutar del placer del champagne…