Gaspare Campari tenía tan sólo catorce años cuando comenzó a trabajar de camarero en 1842 en Turín. Décimo hijo de catorce de una familia de agricultores de la no muy lejana Cassolnovo, en la provincia de Pavía. Su mente despierta y sus ganas de crear una bebida que llevara su nombre le llevaron a aprender y a experimentar con los destilados en busca de un licor diferente a los que existían.
Pasarían 18 años más hasta que en 1860, establecido en Novara, en el Piamonte, dió con la fórmula de una bebida de un cierto amargor y un característico color rojo que llevaría por nombre su apellido, Campari. Era el nacimiento de un icono que vería el comienzo de su auge cuando en 1862 Gaspare cuumple otro sueño al abrir el mítico Café Campari en Milán, en la piazza del Duomo, en Il Coperto dei Figni que sería demolido para dejar paso a la maravillosa Galleria Vittorio Emanuele II. El Café Campari se convertiría en un lugar de referencia para políticos e intelectuales, para el aperitivo y aquella bebida que se destilaba de unas 60 hierbas, especias y ralladuras de frutas, cuya fórmula sigue siendo secreta hoy, 150 años después. El nacimiento de un icono italiano, siempre premium, siempre contemporáneo.
Siguiendo sus históricos pasos, del mismo modo que el pintor futurista y diseñador Fortunato Depero creara en 1932 la botella de Campari Soda, referente en el diseño industrial y aún en producción, Campari rediseña su botella y su etiqueta para adaptarse a los nuevos tiempos sin perder ni un átimo de su identidad. El trabajo de modernización, estilización y sofisticación, con un cuerpo elegante y cuello más largo, en una botella de vidrio de gran calidad, una etiqueta reducida y estrecha que incluye el ya clásico logo de Campari con elementos en aluminio, ha corrido a cargo del estudio londinense especialista en el desarrollo de marcas de bebidas, Claessens International. El resultado es una reafirmación como icono de este 'aperitivo' centenario e internacional, apreciado en todo el mundo y tan singular que cuenta entre sus muchos apasionados a grandes de Giacomo Puccini, a Hemingway o Andy Warhol.