En 1772 Philippe Clicquot, un empresario textil, decidió fundar su propia bodega en la región de Champagne. Después de treinta años, la casa pasó a manos de su hijo François quien solo cuatro años más tarde falleció dejando un hijo y una esposa, Nicole Barbe Ponsardin.
Ella, conocida como la Veuve Clicquot, se empeñó en ponerse al mando de la bodega desafiando todos los convencionalismos de la época. Aunque la originalidad le venía de familia ya que Nicole era hija de Nicolas Ponsardin quien, al ser nombrado en 1813 Barón del Imperio por Napoleón I, fue honrado con un escudo de armas. Él, haciendo un divertido juego de palabras con su apellido, diseñó un escudo con un puente bajo una sardina: Pon(t)sardin(e).
Esta original idea se ha trasladado dos siglos después al packaging de la codiciada botella Brut Yellow de Veuve Clicquot Ponsardin. Una inusual forma de proteger la frescura que sigue manteniendo la icónica casa, la primera en crear un champagne rosado. La lata, con su llave y sus esquinas redondeadas, homenajea al pasado y al presente de las deliciosas burbujas Veuve Clicquot. Ponsardine es un producto gourmet diseñado para brindar por las cosas que mejoran con el tiempo y tiene un precio de 43 euros.