Brockmans, una tentación intensamente suave.

Una invitación enigmática. Una cita clandestina y una llave de hotel. La noche como telón de fondo. Seducción, transgresión y misterio, las únicas reglas. Y una más: quien pregunta, pierde ¿Te atreves a jugar?

Dos tipos vestidos de negro te esperan en la puerta. Te diseccionan con la mirada. Una mujer atractiva y sensual secuestra a tu acompañante. La oscuridad te envuelve. Entras en un ascensor y alguien aprieta un botón. No sabes dónde te llevan. Nadie habla. Es la consigna. Pero no te confundas. Nada es lo que parece. El misterio se desvela al otro lado del pasillo; el oscuro objeto de deseo se encierra entre el fino cristal negro de una botella de Brockmans.

Una combinación mágica de ingredientes procedentes de tierras lejanas —corteza de casia de Indochina, raíces de angélica de Sajonia, regaliz de China, semillas de coriandro de Bulgaria, oris y bayas de enebro de Italia, arándanos y moras negras procedentes del norte de Europa y la suavidad y dulzura de la almendra y los cítricos de España— cuidadosamente seleccionados, macerados lentamente y destilados en alambique de cobre cuyo resultado se traduce en un sofisticado destilado inglés intensamente suave, endulzado con notas florales a violetas que equilibran los matices terrosos y secos de la propia baya de enebro.

Las notas frescas y florales de la moras negras y arándanos azules equilibran el aroma resinoso de las bayas de enebro. Vibrantes matices cítricos realzan los tonos especiados del coriandro antes de desvelar sutiles recuerdos amaderados de raíces —apunta Alexandre Schmitt,perfumista y consultor de olfacción de la firma —. Esta original combinación de sensaciones en boca logra que persistan los matices más profundos y sensuales, proporcionando a Brockmans un final largo, exquisito e intensamente suave.

Andy Hill, (director creativo de la firma) y Philip Silcock (fotógrafo y realizador) trasladan toda la sensualidad e intensidad de Brockmans a un cortometraje que refleja la identidad estética del producto: trepidante, suave, redondo, complejo. Una historia cargada de adrenalina donde todo se lleva al límite jugando con el ritmo y el artificio teatral hasta desembocar en una irónica charada.

Y ahora, dime ¿te atreves a enredarte en una noche "like no other"?

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