No es un vermuth, aunque se parece, tampoco es una bebida espirituosa pensada para la coctelería, aunque podría serlo, es Bonanto, sin más, ese es su nombre y así lo reconocerás siempre porque es, en realidad, una bebida que no existía (y estaba claro que había que inventarla).
Bonanto es de base vitivinícola, de ahí sus 22 grados, y se macera con hasta 30 botánicos que le dan ese sabor tan especial e inconfundible: el ajenjo y otras plantas aromáticas mediterráneas como el laurel, la albahaca y el tomillo son algunos de los matices que descubrirás en esta nueva bebida que podrás disfrutar 'on the rocks' o como base de cualquier cóctel disfrutando además de unas notas cítricas que hacen que sea, si cabe, más refrescante.
Sírvete un trago de Bonanto en un vaso ancho con un par de piedras de hielo y cátalo despacio para descubrir todos sus matices: en nariz es intenso y fresco a la vez, destila notas de bosque mediterráneo representadas por hierbas aromáticas esenciales como el tomillo, el laurel y el romero; tiene también el toque picante del jenjibre y un fondo frutal de cítricos maduros. En boca es ligero, porque tiene poco azúcar, aunque untuoso, las notas cítricas son intensas y tienen un final picante y afrutado.
¿Te atreves a probarlo? el precio de la botella no es excusa para no hacerlo, apenas supera los 16 euros.
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