A las comidas y cenas de celebración que a todos nos absorben durante estas fechas les siguen, inevitablemente, sus respectivos brindis. Copas en alto, unas palabras, chin chin y a beber, no sea que los supersticiosos tengan razón y dé mala suerte.
Una copa de champán es obligatoria pero, para todos aquellos que se hacen los huidizos con las burbujas, el brindis es únicamente el trámite entre el postre y las bebidas de alta graduación. Tras él comienza un momento de disfrute en el que nuestros sentidos se despiertan para saborear cada matiz de las bebidas más exclusivas y premium. Saca tu lado sibarita y elige un combinado único: ginebra, ron, cognac, whisky… te presentamos una selección de los posibles candidatos.