Frondosos paisajes, playas que poco tienen que envidiar a las del Caribe (tan sólo la calidez de sus aguas) y unos productos de tierra y mar que ponen a salivar las papilas gustativas de cualquiera. Galicia es eso y mucho más.
Lo más probable es que si pensamos en una bebida gallega, nos venga a la cabeza el vino blanco, sus albariños y sus ribeiros. Pero las bodegas de Galicia también tienen aguardiantes, un trago perfecto para digerir una contundente comilona.
Los del Pazo de Señorans (D.O. Rías Bajas) son una opción segura para las sobremesas, y prueba de ellos son los numerosos premios que han recibido tanto por su diseño como por su sabor. Una estilizada y moderna botella guarda en su interior unos aguardientes elaborados de forma tradicional. Su licor de hierbas se obtiene tras 40 días de maceración de hierbas, semillas y frutos secos y desprende aromas a manzanilla, anís, cilantro y cítricos.