Aire, agua y tierra. Vino.

La innovación es, sin duda, uno de los ineludibles en cualquier sector y mercado porque todo evoluciona, especialmente los gustos y tendencias que van, vienen y se reinventan constantemente. Ni tan siquiera un sector tan de la tierra, tan natural y con tanta historia como el del vino está libre del bouquet de la innovación, para muestra, un vino 3.0... y su envase.

La historia de este vino comienza en Segovia y en Herrero Bodega, nace la D.O. de Rueda y sus cepas de Verdejo blanco, una uva muy especial cuya cepa resiste el contraste de estaciones de la tierra en que crece; y si vamos un paso más atrás descubriremos que comienza también en Francia, en la región de Languedoc, una zona de importante tradición vinícola.

Unida la tradición francesa y la española en matrimonio, el de Janine y José María, nace la Bodega en Segovia y crece a la par que sus tres hijos quienes hoy, al frente de la idea de sus padres convertida ya en una importante realidad, rompen moldes reinventando el vino y su botella.

Herrero Bodega nos convierte a todos en pequeños enólogos y nos permite seleccionar las características de nuestro vino dentro de las tres grandes variedades de que dispone: aire, agua y tierra, que son también los tres elementos que alimentan y avivan la vid.

A continuación, nuestro vino pasa a ocupar una botella única, una de vidrio y aluminio que, además de ser un diseño industrial innovador y atrevido, casi diríamos que irreverente con los tradicionales usos y costumbres a la hora de embotellar el vino, resulta absolutamente sorprendente a primera vista, bello... y útil porque facilita la conservación del vino a su temperatura idónea que, en un blanco, ronda los diez o doce grados, no más.

Si quieres probar un Blanco de Rueda nuevo, único, a tu gusto y dejar a tus invitados atónitos al servir el vino... no puedes dejar de visitar Herrero Bodega

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