La razón de este soberbio precio tenemos que buscarla en el origen del agua en cuestión: el archipiélago de Svalbard, un territorio al norte de Europa, en el Océano Glacial Ártico, perteneciente a Noruega; si has visto la serie de televisión Fortitude, no necesitas que te contemos más porque, si bien no se rodó en Svalbard, esa es su ambientación y ubicación; de no ser así, debes saber que se trata de unas islas que no ven la luz del sol de noviembre a febrero y que a duras penas superan los 0 grados de temperatura y nunca los 15- en los meses de junio a agosto y es que estamos a las puertas del Polo Norte por lo que no debe sorprendernos que el 60% de este territorio esté cubierto por glaciares.
¿Imaginas ya el origen del agua Svalbarði? efectivamente se trata de agua de glaciar; una embarcación rompehielos viajar rumbo al norte desde Svalbard y, a 1000 kilómetros del Polo Norte, selecciona las piezas de hielo más prístino, las corta y las traslada a Longyearbyen -capital de Svarbard y lugar en el que se cocentra la mayor parte de la población de las islas, unas 2500 personas-; una vez en tierra el hielo es derretido y embotellado.
Las botellas en cuestión, y como no podía ser de otro modo, han sido diseñadas a la medida del agua excepcional que contienen, se trata de una estilizada botella de vidrio con tapón de madera que se protege de luz y la temperatura en un envase opaco individual.
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También es impotante que sepas que parte del dinero obtenido por la comercialización del agua premium Svalbarði se destina a proyectos de investigación del clima y los polos.
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