Se acerca el 19, apenas quedan unos días y la pregunta “¿qué le regalo?” parece no encontrar respuesta. El día del padre es como el de San Valentín, que a menudo pretende obviarse alegando que está tomado por fines comerciales pero, al final, lo cierto es que es imposible resistirse al encanto de sorprender a esa persona tan especial. Si cualquier ocasión es buena para hacer un regalo, esta lo es con más motivo.
Los padres son complicados. En su figura habitual y estándar no son especialmente presumidos, no suelen gustar de accesorios y complementos demasiado visibles ni disfrutar demasiado del ajetreo. O sí, pero una cosa característica de casi el cien por cien de ellos es que nunca lo piden y es bastante probable que no tengamos idea de por qué decantarnos. Si cualquiera de estas opciones se te ha pasado por la cabeza, mejor coge lápiz y papel y apúntalas. A tu madre seguro que le encantan y su día está también a la vuelta de la esquina.
Papá es otra cosa. Papá, por lo general, aparte de no ser muy comunicativo con respecto a sus gustos y necesidades, es más afín a la calma, a la tranquilidad, a disfrutar de un momento a solas consigo mismo o con algunos amigos, a sacarle partido a estos pequeños placeres. Por eso, un buen destilado será siempre un acierto, porque es el compañero perfecto para que lo saboree él, para que lo comparta con quien desee, con ellos, con ella, con nosotros.
Aquí presentamos cinco bebidas que no fallan en eso. Cinco que seguro encajarán con sus gustos, porque son cinco que siempre gustan.
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Un whisky para demostrarle tu gratitud.
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Un cognac con medalla.
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Un destilado que trasciende fronteras.
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El ron que un buen padre merece.
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