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Yamaha 04Gen. El Scooter que podría echar a volar

El Yamaha o4GEN es un ejercicio de diseño que hará volar algo más que nuestra imaginación.

Cuando vemos un vehículo que nos llama la atención, solemos imaginarlo -o al menos yo lo hago- en movimiento, como si pudiera echar a correr en cualquier momento. Con el scooter Yamaha 04GEN nos va a ocurrir lo mismo, salvo que no pensaremos que va a rodar calle abajo, si no calle arriba, de "arriba" significando "por encima de las cabezas de la gente". Casi podremos sentir como va a extender sus alas, arrancar su motor y dejarnos con la boca abierta. El Yamaha o4GEN es un scooter con alas, literalmente. Un ejercicio de diseño de la marca japonesa dentro del concepto global que esconde ese GEN detrás del 4 que a su vez indica el número de orden de este scooter dentro de él.

En 2014, Yamaha presentó una moto crossover con un tren delantero de dos ruedas. Más tarde, sorprendió a propios y extraños con el número dos de la lista, una revolucionaria silla de ruedas por las que más de uno se torcería un tobillo. El tercer prototipo, otro triciclo, en este caso urbano, nació como Yamaha 03GEN para terminar convirtiéndose en el Yamaha Tricity. Se trata de que el diseño de estos vehículos refine su dinamismo, que cobren vida al moverse, al igual que los humanos lo hacemos, por ejemplo, al bailar. De hecho, es capturar la esencia de una mujer bailando la que parece estar en la base del diseño de este Yamaha 04GEN.

Chasis en fundición de aluminio a la vista mediante paneles semitransparentes, incluidos los laterales que se alzan para dejar al descubierto el interior trasero. Asiento monoplaza de cuero en semitensión sobre el fuselaje, iluminación led, llantas de aleación, frenos de disco inboard, ocultos en el cubo de la rueda, instrumentación a través del smartphone, que se colocaría sobre el manillar, también de aluminio, el bloque de metacrilato posterior que porta las luces traseras... los detalles del Yamaha 04GEN nos impulsan a imaginarnos encima de él por las calles de nuestra ciudad. Si es que logramos atraparlo antes de que eche a volar, claro.