Venier Customs.
Motos

Venier Customs y la reencarnación de las motos clásicas

Viejas glorias de las dos ruedas reconstruidas para convertirse en nuevas joyas.

Las viejas glorias nunca mueren. Pero llega el tiempo en que son reemplazadas por otras más nuevas, nuevos intereses o nada, pero la vida cambia y ya no nos significan lo que eran. Nunca mueren, pero renacen de la mano de Venier Customs.

Este taller italiano con sede en NY, se encarga de la personalización y restauración de motos coleccionables y le devuelve el alma a las máquinas. ¿Recuerdas la pasión con la que la compraste? Ahora revívela agregando renovada adrenalina a esa sensación única de velocidad y tú, sin interrupciones de carrocería.

El equipo de Venier está formado por apasionados de las motos, de esos que ves desde pequeños que arman y desarman y agregan todo lo necesario para maximizar la experiencia, así que espera mimo absoluto en cada una de sus acciones.

Pero estos chicos no se encargan de tunearlas, sino que despojan a estas glorias de todo lo superficial, aquello que la fabricación en masa hace que se optimice a veces resignando calidad y elegancia, pero que en sus manos se vuelven a reconstruir para llevarlas a otro nivel.

La estructura original se mantiene pero Venier se encarga de dotarlas nuevamente de su espíritu original creando, artesanalmente todas sus partes. Nada de plásticos. Aquí las cosas son de acero o aluminio y hechas por personas que sienten la supremacía de cada curva. Y hasta que no esté perfecto, no sale del taller.

Por supuesto que hay cosas que en la imaginación pueden parecer bien, pero en la vida real las limitaciones aparecen. Por eso, durante el proceso, se tiene especial cuidado de que la moto recupere el valor histórico, luego se rediseña combinando la visión creativa, la necesidad del cliente y las funciones mecánicas.

Se crean y producen las piezas personalizadas y luego es la hora de que los técnicos e ingenieros se pongan manos a la obra para poner todo en marcha.

Y ¿qué tipo de bellezones hacen?
La 999 VX es una Ducati 999s Testatretta del 2003 que ha sido modificada para renacer en una moto de competición. Después de 16 semanas, la dos ruedas regresa con embrague STM EVO, velocímetro electrónico, unidad de control del sistema de transmisión y frenos delanteros Discacciati. Se la deja lo más desnuda posible pero reconstruyendo su extremo final y se agrega un asiento con luz trasera incorporada. Los escapes se convierten en un combo de Termignoni Corse con un silenciador Zard y las llantas son las de la Ducati 1000gt, adaptadas a este modelo.

La Tractor V75 parte de una Guzzi NTX de 750cc usada en los ´90 por la policía italiana y se reconvierte en esta maravilla para derrochar adrenalina en la ciudad y en el off road.

En su vida pasada, la Corsaiola era una Guzzi V75 de los ´80 y ha sido completamente restaurada y convertida, conservando su concepto y esencia.

La Guzzi V35C de los ´80 renace en la Diabola V35C con un alma y estilos renovados en sus versiones de 350cc o 650cc.

Y la Cagiva Ala Azzurra de 350cc del ´84 regresa triunfal en la piel de la Sputafuoco, que utiliza partes de una Ducati para darle ese aire vintage con su luz frontal y velocímetro incorporado.

Viejas glorias de las dos ruedas reconstruidas para convertirse en nuevas joyas. Caballos de acero dispuestos a renacer con el arte de Venier Customs.

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