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BMW R1600C Concept Wunderlich. La imaginación al poder

La BMW R1600C Concept Wunderlich es un ejercicio creativo que lo tiene todo para pasar a la realidad del asfalto. Y a nuestra lista de deseos.

Nicolas Petit es un diseñador de motocicletas francés que trabaja desde el estudio situado en su casa para un interesante listado de clientes, que van desde grandes marcas hasta particulares pasando por concesionarios o empresas de recambios. Uno de esos clientes es Wunderlich, la marca alemana de recambios especializada en las también germanas motocicletas BMW, para quien ha ejercido su -mucha- creatividad imaginando la BMW R1600C Concept Wunderlich.

Dice Petit en su web que sus proyectos son coherentes de principio a fin y que intenta integrar en cada uno de ellos los aspectos técnicos y humanos con la finalidad de que conseguir tanto un aspecto atractivo como un buen funcionamiento. La BMW R1600 no puede dar fe de lo último, porque de momento no para de ser un concepto, pero lo de la coherencia y la belleza no se le puede negar.

La BMW R1600C Concept Wunderlich es una atractiva cruiser que se colocaría claramente en un segmento muy disputado como son las naked de gran potencia tales como la Ducati X-Diavel, la Confederate Hellcat, la Yamaha V-Max o la Harley Davidson Dyna Fat Bob. Como se presupone desde el nombre, su motor sería un 1.600 cc. bóxer integrado dentro de un subchasis sobre el que podríamos encontrar el sillín resuelto de una forma tan original como útil, con la posibilidad de incorporar la parte correspondiente a la plaza del acompañante para ser utilizada como respaldo o simplemente hacerla desaparecer al plegarla.

La suspensión delantera de la R1660C apuesta por una configuración similar a la utilizada en Confederate, mientras la trasera optaría por un basculante monobrazo. En cuanto a los frenos, la tradicional y efectiva marca Brembo sería la encargada.

El trabajo de Petit se encuentra a medio camino entre las tendencias que podemos ver en el segmento cruiser y el desarrollo de la única moto que BMW puso en juego en él, la BMW 1200 C, de la que sería una más que digna sucesora.

Ahora sólo queda esperar una cosa: que la imaginación llegue al poder, es decir, que se haga realidad.

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