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Indian Roadmaster Classic 2017. La moto que hará nuestra la carretera

La Indian Roadmaster Classic 2017 es todo lo que pedimos a una motocicleta para viajar. Y más.

Si ponemos sobre la mesa todo aquello que pedimos a una moto para viajar en términos de diseño, comodidad y prestaciones, y buscamos un modelo que se acerque a lo propuesto, es muy posible que la Indian Roadmaster Classic 2017 consiga que coloquemos una marca al lado de los puntos que hayamos indicado. Cuero y carretera, horizontes y presencia, potencia y ritmo. La gente de Indian se ha volcado en ofrecer toda una rutera con todas las posibilidades para que nos enamoremos de ella, y pensemos en viajar, más que por el destino, por ponernos a sus mandos. Como un marinero a la vista de velas, echar una mirada a la Roadmaster es pensar en carretera y manta.

Hay motos a las que no se las puede imaginar separadas del asfalto de un circuito, como a otras de las curvas de una carretera de montaña. A la Indian Roadmaster lo que la queda estupendamente son los horizontes a campo abierto. Ahí es donde su perfil inequivocamente americano y clásico destaca de manera especial. Cuero, flecos, cromados. Todo nos suena a conocido, a cómodo, a nuestro. En el frontal el nuevo guardabarros delantero cubre a medias el neumático y el carenado que rodea el faro Pathfinder LED se extiende hasta las manijas. El parabrisas se puede mover en vertical desde los mandos atendiendo a nuestra necesidad o apetencia de viento en el rostro. Al mirar en lateral a la Roadmaster, las líneas superior e inferior fluyen desde esta poderosa parte delantera rodeando los cromados del motor para terminar en el cuero Marron Desert de las maletas laterales y el arcón, dando sensación de comodidad y potencia.

La orientación de la Roadmaster hacía los viajes cómodos se nota claramente en el asiento trasero: ancho y con un gran respaldo, está claro que hará disfrutar al pasajero casi tanto como lo hará el piloto. Por sí el viaje encuentra temperaturas bajas, los asientos y los puños son calefactables, de manera separada para cada uno de los ocupantes, por si hay que evitar discusiones. Tampoco es probable que las haya sobre tamaños de equipaje, dentro de la lógica del espacio de una moto, 125 litros entre las maletas y el arcón. Eso sí, el conductor será el único al mando no sólo de la marcha, si no también de las 7 pulgadas del Ride Command, manejable incluso con guantes y desde la cual gestionaremos desde el GPS hasta los puños calefactables, pasando por el equipo de sonido, el control de la velocidad de crucero o la presión de los neumáticos. Todo un lujo controlado.

El motor que impulsará nuestros viajes será el poderoso y fiable Thunder Stroke 111, un bicilíndrico en V de 1.811 cc con un par motor de 138,9 Nm a 2.600 rpm, En cuanto al frenado, delante la Roadmaster Classic monta dos discos semi-flotantes de 300 mm con pinzas de cuatro pistones y detrás un disco semi-flotante de 300 mm con una pinza de dos pistones, ambos con sistema ABS de alta precisión. Ya sólo nos queda elegir un horizonte, que de la carretera se encargará la Roadmaster.

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