Una de las maniobras que se realizan con las motocicletas como acrobacia consiste en colocar el vehículo sobre una sola rueda, normalmente la trasera, y moverse de esa manera manteniendo el equilibrio, eso que llaman "hacer el caballito". De igual manera, multitud de artistas callejeros y circenses utilizan monociclos para llamar nuestra atención y procurarse nuestros aplausos. Parece lógico pensar, al menos desde un punto de vista puramente recreativo, que quitarle una rueda a una motocicleta sería una manera de conseguir un vehículo más divertido. Otra cosa sería la habilidad para manejarlo, claro.
Ignoro si estos pensamientos son los que guiaron a los chicos de BRP para crear el Embrio, un vehículo conceptual de una sola rueda que proponen como el siguiente paso en el transporte individual y recreativo. Minimalista y con un indudable aire de ciencia-ficción, el Embrio utiliza giroscopios y sensores para ayudarnos a mantener el equilibrio y facilitar su manejo, y el añadido de un pequeño tren delantero para velocidades menores de 32 kmh, a partir de la cual nos moveríamos exclusivamente sobre la rueda principal, con un manejo muy parecido al de una motocicleta convencional.
El resultado es un vehículo que perfectamente podría haber aparecido sin modificación ninguna en la saga de la Guerra de las Galaxias o en Star Trek como el vehículo ultramoderno de cualquiera de sus personajes, una de esas creaciones que siempre nos dejan abierta la boca cuando salen. Sólo que el Embrio está muy cerca de convertirse en realidad. Una realidad impulsada por una célula de hidrógeno que sólo dejaría agua como residuo y que estará fabricada con materiales reciclables casi en su totalidad, además de contar con toda una larga lista de ayudas tecnológicas como visión nocturna o suspensión inteligente. Moderno, limpio y eficiente. El futuro tiene una rueda. Sólo una.
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