Si Mel Gibson hizo famoso en nuestros días a un personaje clave de las Guerras de la independencia de Escocia, William Wallace, claro está que no fue Wallace el único en luchar por la independencia de su tierra escocesa e incluso de dar la vida por ella, y por su Rey. Aunque la primera guerra se ganara en nombre del Rey de Escocia Robert Bruce, Roberto I de Escocia, las tácticas de guerrillas de uno de sus más leales compañeros fueron determinantes para poner en jaque a la corona inglesa y para la victoria. Era Sir James Douglas, desposeído de sus tierras por Enrique I mientras estudiaba en París, se unió a la causa escocesa para reclamar sus derechos y en ello empleó un talento natural para la guerra contra un enemigo mucho más numeroso y preparado, y no dudó en aplicar no sólo técnicas de guerrilla, si no un estado de terror y de tierra quemada mucho más poderoso contra los enemigos ingleses, lo que le valió el apodo de Black Douglas.
Y Black Douglas es también el nombre de una máquina singular, de una moto que no se fabrica ni en Escocia ni en Inglaterra sino en Brugarolo, una pequeña localidad de la provincia Lombarda de Lecco que baña el lago Como, no muy lejos de Milán. El padre de estas máquinas de diseño decimonónico es Fabio Cardoni que hace dos años emprendió un camino en solitario contra el número y la superioridad tecnológica del mercado diseñando una moto única, la Black Douglas Sterling con un motor de cuatro tiempos de 230 cc, réplica china del Honda CG pero con licencia Honda, que alcanza los 110 kilómetros por hora con un consumo de 2'7 l a los 100, un motor "robusto, fiable, y de bajo mantenimiento", según Cardoni al que le costó un año y cuatro modelos diferentes llegar a éste que ya se comercializa por unos 7.900€ y que prevée vender también en un kit de "móntesela usted mismo" por unos 4.900€.
Pero en la Black Douglas Sterling lo más importante no es la velocidad, lo importante es la diversión, el placer de conducir una moto de la que nos sintamos enamorados. A su diseño que se asemeja poderosamente a las motos de principio del siglo XX con un inconfundible aire inglés que le da el mombre de Sterling (la plata con la que se hacía la libra, 92,5% plata y 7'5 cobre. La libra esterlina, claro) le acompañan muchas posibilidades de customización, para que tu Sterling se convierta en una moto única, desde la canasta de madera a la bocina frontal o diferentes de manillares. Todo su desarrollo está pensada bajo ese criterio contra la velocidad y el estrés en el que Fabio Cardoni deseaba crear una motocicleta de bajo consumo, fácil de mantener y que "te hiciera sonreir al abrir el garaje y verla por primera vez cada día, cuando te sientas en ella y cuando la arrancas". Y sin duda lo ha conseguido, una motocicleta única, de artesanía, que llega al mercado de gigantes a combatir con sus propias tácticas, las dichas, empezando por recuperar el placer...
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