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Volvo S60 y V60 Polestar. Winter is Coming. Bien

La marca sueca presenta junto con su socio de competición la versión más deportiva de dos de sus modelos, los Volvo S60 y V60 Polestar.

En estos tiempos donde ya nada es lo que parece y el plurinacional se aplica a todo, es complicado pensar en los distintos caracteres de cada marca dependiendo de su origen físico, sobre todo teniendo en cuenta la nacionalidad final de cada fabricante. La elegancia inglesa, la deportividad italiana, la fiabilidad alemana... y la seguridad sueca. Al que suscribe los coches de Volvo siempre le han resultado fríos en el mejor sentido de la palabra, ese que habla del invierno como algo que te despierta, algo lleno de belleza, de naturaleza salvaje. Algo así que con los nuevos Volvo S60 y V60 Polestar, el invierno llega, que dirían los Stark. Y nosotros encantados.

Polestar es el socio que acompaña a la marca sueca cuando ésta quiere desarrollar, como es el caso, versiones mejoradas de sus modelos. Los Volvo S60 y V60 Polestar presentados estos días lo hacen como una edición especial compuesta de tan sólo 1.500 unidades con las mejoras aerodinámicas y la presencia de la fibra de carbono como características principales.

La principal novedad para estos dos modelos suecos es un kit aerodinámico desarrollado por Polestar en cooperación con Cyan Racing, el socio de competición de ambos en el WTCC, o sea, el Mundial de Turismos. Tomando como material principal la fibra de carbono, el paquete incluye una extensión del alerón trasero y separadores frontales y laterales, aumentando de esta manera hasta en un 30 % las carga aerodinámica. Si añadimos a este kit además de un nuevo sistema de amortiguación, el resultado es que los Volvo S60 y V60 Polestar tendrán pocos inviernos que se le resistan en la carretera.

Sumados a estas novedades, se han mejorado o actualizado hasta 250 componentes, bastantes de los cuales fueron puestos a prueba en el récord conseguido por el S60 Polestar en el infierno verde de Nürburgring, como los amortiguadores ajustables Öhlins, los frenos Brembo, el material de los retrovisores, o incluso los detalles bordados de la tapicería interior.

Lo que no cambia es el propulsor que comparten ambos modelos, un motor de 2.0 litros Drive-E biturbo que entrega 367 Cv con un par máximo de 470 Nm entre 3.100 y 5.100 rpm, lo que consigue que el S60 acelere de 0 a 100 en 4,7 segundos que se convierten en 4,8 para la versión ranchera. En cuanto a la velocidad máxima, tanto el S60 como el V60 la tienen limitada electrónicamente a 250 km/h. Más que suficiente para que el invierno se nos pase en un santiamén.

Aunque lo mismo al volante de cualquiera de ellos, es lo último que queremos que nos ocurra...

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