El estudio londinense del holandés Niels van Roij es el responsable del último diseño de Rolls Royce; se trata de un modelo que es hoy un nuevo concepto de vehículo que respeta la esencia de Rolls Royce al tiempo que la reinventa.
Las líneas que dibujan este soberbio coche marcan una silueta muy Rolls Royce pero también la matizan depurando los volúmenes y creando así el Rolls del futuro, uno que tiene además una curiosa particularidad: un espacio específico hecho para ser ocupado por uno o dos perros.
Hablamos de un gran vehículo, compacto y elegante, un diseño dinámico y bicolor que no nos cuesta imaginar en el hipódromo de Ascot un día de carreras y tocados con dos canes como principales ocupantes que, como particularidad sobre cualquier otro vehículo que da cabida a este tipo de viajeros, les permite moverse, desde la parte trasera a la delantera, entre los reposabrazos.
El diseño de Niels van Roij para una firma automovilística más que centenaria -el estreno de su primer vehículo tuvo lugar en 1904- demuestra la buena salud creativa de la automoción británica que con esta limusina de lujo va un paso más allá de lo que haya ido ninguna otra firma de su clase hasta la fecha.
Rolls Royce combina en el modelo de Niels van Roij la tradicional contundencia de los volúmenes de la firma británica con líneas depuradas propias del diseño vanguardista que, aplicado al mundo automovilístico, hace del estudio de Niels van Roij un referente absoluto.
Mención al margen merece la presentación de este soberbio diseño, más allá de las imágenes, a través de un video que se ubica entre la naturaleza y la psicodelia, entre el pasado y el futuro, un viaje vanguardista que nos introduce en el futuro de la automoción que seguirá desvelándose en el próximo Salón del Automóvil de Ginebra.
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