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Roush P-51 Mustang. Para ser un avión sólo le faltan las alas

El Roush P-51 Mustang desarrolla el modelo de Ford hasta ponerlo al nivel necesario para evocar toda una leyenda de los cielos.

Se llamaba North American P-51 Mustang y fue uno de los mejores cazas de combate de la II Guerra Mundial desde su estreno en 1942. Se trata de un nombre legendario, cuyo apellido ha sido compartido por otra máquina que posee una historia distinta en su origen pero con idénticas resonancias míticas, el Ford Mustang. Más de siete décadas después de la puesta en servicio del P-51 con la RAF, y con toda la intención, los responsables de Roush Performance unen el sabor de ambas leyendas para presentar el Roush P-51 Mustang.

Desde ahora, el nombre de P-51 Mustang designara también a este desarrollo del Ford Mustang de 2017 inspirado por su antecesor combatiente en los cielos de Europa y el Pacífico. El color plateado del Mustang de Roush evoca el aluminio del caza de combate, mientras que el kit aerodinámico le da el aspecto agresivo necesario para recordarnos que estamos ante un deportivo con todo el carácter posible. Splitter frontal regulable de fibra de carbono, salida de aire en el capó, taloneras y alerón trasero también de fibra de carbono, con el añadido de las llantas de 19 pulgadas y las insignias que señalan el origen bélico del Roush P-51 Mustang.

En el interior también encontraremos detalles evocadores del North American, como el cuero de los asientos, que nos recordará el de las chaquetas de los pilotos, la palanca de cambios terminada en rojo y la placa con el número identificativo del orden en la edición limitada, que sólo podrán ir del 1 al 51, pues esa y no otra será la cantidad fabricada.

Pero si el exterior de aquel legendario caza destacaba, no lo hacían menos sus motores. De la misma manera, Roush ha llevado el V8 del Mustang GT hasta los 737 Cv mediante el añadido de un supercargador Eaton TVS de 2.3 litros. No tendrá alas, pero el Roush P-51 Mustang tiene toda la pinta de ir como un avión.