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Nissan BladeGlider. Para que de verdad no haya dos sin tres

El Nissan BladeGlider es un vehículo eléctrico para compartir de manera diferente. Con él nunca habrá dos sin tres...

A poco que tengas unos años, la primera referencia visual del Nissan BladeGlider te lleva a un coche que aparecía en los títulos de crédito de los dibujos animados de La Pantera Rosa, aquel automóvil pintado del mismo color que el protagonista y que como el prototipo de Nissan, tenía una sola plaza para el conductor mientras dejaba la parte trasera para los ocupantes. Aquel coche -del que sólo se fabricó esa unidad- fue diseñado en 1969 por una de las leyendas en esto de fabricar coches míticos para el cine y la televisión, Jay Ohrberg, responsable, entro otros, del K.I.T.T. de El coche fantástico, del peculiar Grand Torino de Starsky y Hutch o del DeLorean de Regreso al futuro. Reconozco que me he ido un poco por los Cerros de Úbeda, pero es que están muy bonitos en esta época del año.

Más allá de ese parecido ocasional y de que ambos mostrasen un aspecto y un equipo futurista, el Nissan BladeGlider y el Pink Panther Show Car son, desde luego, coches muy diferentes. Mientras aquel era un vehículo "hijo" de su época, diseñado para derrochar glamour e impresionar, que montaba un V8 de 7 litros, el diseñado por Nissan está propulsado por dos motores eléctricos cuya única emisión al aire vendrá de la música demasiado alta, pero que le otorga la nada despreciable cifra de 272 CV de potencia y le hace llegar a los alrededores de los 200 Km/h, con una aceleración de 0 a 100 de menos de 5 segundos; números todos ellos que habría que ver si alcanzaba el coche rosa, al que seguramente habría que alimentar con una buena cantidad de litros de combustible, mientras que el BladeGlider se conformará con que le enchufemos a la red eléctrica. A veces los mejores tiempos son los nuestros.

Todas esas diferencia llevan a otra, la más importante: mientras que sólo se fabricó un coche para la serie, el Nissan BladeGlider está muy cerca de entrar en producción, como demostró el interés de la marca nipona en mostrarle -y hacerlo funcionar- llevando dos vehículos a los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro para transportar a periodistas y personalidades. Quien sabe si con la moda de los remakes, lo mismo el próximo paso del BladeGlider es llevar a un felino de color rosa y a un inspector francés un poco bastante desastre hacía sus aventuras televisivas.

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