McLaren sigue jugando con su 'niño bonito', el imponente P1. Lo último ha sido customizarlo con aires retros e inspirarse en los colores de la petrolera Gulf Oil. Mejor dicho, en los vehículos que competían con los emblemas de la misma en los años 60 y 70, como ya hicieron los Ford GT y Porsche 917 de carreras de aquel entonces.
Lo ha hecho realidad el deseo de Miles Nadal, filántropo y hombre de negocios, que solicitó a la escudería británica que le construyeran uno con estos colores celestes y naranjas tan llamativos y que consiguen una estética de carreras clásicas y competiciones de velocidad.
El interior también mantiene estos dos colores tan vivos, y es que los tapizados y detalles del McLaren P1 se pueden personalizar por completo, como ha demostrado el desafío al que se ha enfrentado ahora el equipo de diseño de la casa inglesa. En este caso, jugando con el negro para conseguir un marco completo elegante y sofisticado, muy masculino y clásico.
A pesar de que el nuevo diseño ha mejorado la estética deportiva, bajo el capó sigue existiendo lo que era de por sí toda una 'bestia', ya que mantiene el sistema de propulsión híbrido de 916 CV y 900 Nm. Este se subdivide en un motor V8 biturbo de 737 CV y 3,8 litros, por un lado, y uno eléctrico de 179 CV, por otro. Con emisiones bajas de dióxido de carbono, es un deportivo que trata de respetar el medio ambiente.
En cuanto a los neumáticos, también mantiene los que diseñó para McLaren la firma Pirelli en exclusiva: los P-Zero Corsa, que se completan con un sistema de frenado carbocerámico.
Este modelo no se va a repetir, por el momento, en tanto que ha sido un pedido especial a la casa. ¿Cuál será el próximo capricho de un billonario que suponga un reto para los ingenieros de McLaren? El tiempo lo dirá. Lo que es seguro es que ahí estaremos para sorprendernos.
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