Hace 40 años que un James Bond con el rostro de Roger Moore lucia uno de esos cacharros que tanto nos gustaban de sus películas, sobre todo cuando tienen cuatro ruedas. Corría el año 1977 en los calendarios y corría (que se las pelaba) un Lotus Esprit S1 de color blanco en las manos de James Bond en La Espía que me Amó. A simple vista aquel destacaba ya por su especial aire deportivo y la belleza de sus líneas, pero como todos los coches de 007, escondía algo más. En su caso, ese algo más era mucho más, concretamente que podía convertirse en un submarino en menos de lo que James Bond enamoraba a una mujer, lo cual es lo mismo que decir al instante. Sin duda, eso le convirtió en uno de los modelos de coche más icónicos y queridos por los fans de las películas del agente con licencia para matar.
Para conmemorar el número redondo de las cuatro décadas transcurridas desde el estreno de La Espía que me Amó, la división de Lotus dedicada a la personalización de sus modelos, Lotus Exclusive, ha decidido trabajar con un Lotus Evora Sport 410 con el fin de rendir homenaje a aquel Esprit S1 sumergible. Para ello la gente de Lotus ha elegido el mismo color blanco del original, con los parachoques, taloneras y máscaras traseras en negro, el mismo color elegido para el setentero difusor de rejilla en fibra de carbono que cubre la ventanilla trasera y para el techo. En el interior, el Evora lleva asientos y puertas tapizados en Tartan rojo y negro y detalles exclusivos como la tipografía clásica utilizada para rotular el modelo, el pomo de la palanca de cambios de madera natural o el Alcantara con detalles en rojo con el que está forrado el salpicadero.
En cuanto al motor, seguro que el agente 007 estaría encantado con el V6 de 3 litros y medio del Lotus Evora Sport 410 y su potencia de 410 CV con un par máximo de 420 Nm. Como le explicaría sin duda M antes de entregarle las llaves del coche y reiterarle la necesidad de tratarlo cuidadosamente, su peso de 1.280 kg. le permite alcalzar los 100 Km/h en menos de 4 seg. En cuanto a lo de sumergirle, allá cada cual con su coche, pero yo que James no me arriesgaría.
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